La historia de cuento de hadas de “la bruja del castillo” comienza en una farmacia perteneciente a la familia Roncati y en como su perfumista, Gingi Rocanti supo despertar en una de sus hijas, la curiosidad por el mundo del perfume.

A día de hoy Caterina, crea fragancias únicas en su taller de Génova a partir de recetas antiguas artesanales que han sido transmitidas durante tres generaciones, con materias primas refinadas.

Playas exóticas al atardecer, tradicionales mercados orientales, naranjos, bosques de cedros y robles… cada fragancia es un viaje a un recuerdo.

Estas fragancias son especiales porque nada más olerlas te transportan como por arte de magia a un sentimiento olvidado, cada recuerdo se hace realidad y trae consigo emociones evocadoras.